Reflexiones




Cuando terminé mi carrera profesional salí con muchas expectativas de crecimiento y de servicio entre ellas fue formar generaciones con espíritu de superación para lograr en ellos hombres y mujeres íntegros, sanos y felices para la sociedad.

En el transcurso de los años de mi experiencia puedo decir que se requiere de un cumulo de habilidades y valores para la practica que ejercemos día a día entre ellos apropiarse de una serie de estrategias que conlleven a un desarrollo pleno de la practica educativa.

La responsabilidad, el compromiso y el espíritu de servir son elementos importantísimos  para el quehacer educativo donde me doy cuenta que si nos apropiamos de estos elementos podemos realizar nuestro trabajo con gusto sin enfado y divertido, donde los primeros beneficiados son nuestros alumnos que adquieren y descubren conocimientos que los hacen ir en busca de mayor conocimiento.

El respeto, la tolerancia y el saber escuchar son valores que van de la mano para mantener buenas relaciones con los padres de familia que son otro elemento importante en el trinomio de la educación, ya que ellos complementan el quehacer educativo con su acompañamiento hacia su hijo en tareas y la dotación de todo lo que requiere el alumno para alcanzar los aprendizajes esperados.

El escuchar a nuestros alumnos cuando presentan dificultades académicos nos damos cuenta el por que de esa área de oportunidad  y a la vez contribuimos en esa parte que el alumno requiere para externar sus sentimientos y emociones.

El respeto y la prudencia ejercidas con el colectivo docente son ingredientes que hacen llevar nuestro trabajo en ambientes favorables y de crecimiento  para el desarrollo de nuestra practica educativa.

La planeación y estrategias de aprendizaje entre ellas el uso de las TIC´S es esencial utilizarlas para el complemento del proceso enseñanza - aprendizaje más en los tiempos actuales, lo que me hace a mí mantenerme actualizada en cursos, diplomados que nos oferte la Secretaria o por ende de manera particular.

Recuerdo aún profesor de nombre Severiano Ocegueda del Estado de Nayarit que dijo: "Con los niños debemos ser amablemente enérgicos y enérgicamente amables".

Lo que quiero decir es que debemos conservar siempre una actitud amable y a la vez mantener la autoridad en las aulas donde se realiza el trabajo educativo de mayor magnitud.


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